Este es el relato escrito por Francisco Silva sobre su experiencia al participar de la exhibición en formato audiodrama de «El chacal de Nahueltoro», durante el lanzamiento de «Cine al oído», nuestro nuevo proyecto inclusivo que busca universalizar el acceso a nuestro patrimonio fílmico. Francisco es antropólogo, vive en Valparaíso y trabaja en Monumentos Nacionales.
Una invitación a cerrar los ojos
Escuchar los sueños, caminar sobre el agua, flotar en el aire… cuestiones imposibles a los que muchos debemos agregar el ver una película. Porque sí, incluso algo tan sencillo y cotidiano como ver una película, resulta difícil o imposible para quienes dejamos de ver. Y no solo porque los colores de los paisajes, los efectos especiales y las magistrales interpretaciones de tal o cual actor que con gestos y movimientos dan vida a algún personaje, quedan fuera de nuestro alcance, sino porque resulta incómodo pedirle a alguien más que te describa lo que pasa, resulta triste saber que te pierdes la mitad de la historia, la mitad de los chistes, la mitad de todo.
Y sin embargo se puede, porque hacer cine inclusivo no requiere de narradores constantes, no requiere trasvestir el cine de radioteatro, no requiere transformarlo todo en un cuento relatado solo con palabras, no requiere hacer cine solo para unos a los que les importaría poco o nada que la pantalla, se mantuviese oscura toda la función… No, tan solo se trata de entender que las historias, así como se cuentan con imágenes y bonitas fotografías también se pueden contar y llegar al alma con sonidos, silencios y algún que otro relato puesto con cuidado para dar contexto a esa historia. Es esta la propuesta, esta la historia que “Cine al oído” nos cuenta, una invitación para todos los que ven y los que no vemos, a volver al cine y disfrutar juntos una historia contada para todos, a los ojos y a los oídos por igual.
No puedo concluir sin antes agradecer a quienes hicieron posible esta experiencia, a “Cine al oído”, a Alejandro Trejo, a Chileactores, a Ana Carolina Arriagada, y a SENADIS por la oportunidad de ver con cualquiera de nuestros sentidos “El chacal de Nahueltoro” y espero, muchas otras joyas de nuestro patrimonio fílmico.
Francisco Silva Bustamante.
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