En diciembre se estrena “Ill Papa della gente”, la biografía de Francisco en que participa el actor chileno como el Papa adulto. El filme ítalo-argentino dirigido por Danielle Lucchetti fue una experiencia singular para Hernández y dejó sus huellas en él.
Con más de 40 películas en el cuerpo, Sergio Hernández es por derecho propio un ícono del cine chileno. Curtido en todo tipo de registros, la variedad de personajes que ha desarrollado desde hace cuatro décadas da cuenta de un actor versátil y en permanente actividad.
Diálogo de exiliados, Amelia Lopes O´Neill, Johnny cien pesos, La frontera, Negocio redondo, B-Happy, La sagrada familia, Chile puede, Dawson Isla 10, La vereda de enfrente y Gloria, son algunos de los títulos en que Hernández ha brillado con luz propia, carrera que hoy se concentra en La memoria del agua, su último filme y la más reciente cinta en cartelera de la cinematografía nacional.
Pero por sobre esta nutrida experiencia, la carrera de Hernández se encuentra en un momento especial por el inminente estreno de su nueva cinta y la primera que lo tiene como protagonista de una producción internacional: El Papa de la gente (“Il papa della gente”), la biografía sobre el Papa Francisco que dirigió el italiano Danielle Lucchetti, donde el chileno encarna a Jorge Bergoglio en su etapa actual y que se estrenará en diciembre en Italia.
Filmada entre Italia y Argentina, el filme es una narración retrospectiva que muestra la vida de Bergoglio desde su juventud, su formación jesuita y el camino que lo llevó a ser elegido el primer Papa latinoamericano de la Iglesia Católica, desde donde ha generado un cisma en la Curia romana por su renovado estilo que ha acercado a El Vaticano a la gente.
“La película es un raconto, y comienza con Bergoglio viajando al cónclave que lo elegiría Papa. Es un raconto que va desde los 18 hasta los 58 años”, explica Hernández.
“Parte importante de lo que me tocó hacer fue en la Villa Miseria conocida como la Villa 31, en el centro de Buenos Aires, donde Bergoglio trabajó mucho cuando fue Arzobispo de la ciudad. Él tuvo por mucho tiempo un contacto y cercanía muy importante en ese lugar y ese aspecto serán el eje de la historia: sus conversaciones con los curas y la gente de la villa”, explica el actor sobre el argumento del filme.
Pero no sólo protagonizar una producción con estándares internacionales fue algo nuevo para el también actor de la exitosa obra teatral Gladys. La oportunidad de encarnar al Papa Francisco y su singular estilo lo hizo enfrentarse a su trabajo y carrera de modo distinto a lo hecho con anterioridad.
“Siempre me ha gustado meterme en los mundos que voy a representar, pero esta vez fue distinto”, cuenta Sergio. “Desde octubre del año pasado he estado recluido leyendo, estudiando, repitiendo sus homilías, y encontrando una armonía, una paz, un estado de aún mayor tranquilidad. Todo eso me ha influido en términos espirituales, ha sido un gran cambio para mí”, cuenta.
Por ello, el cambio fue drástico y como dice, “Yo corté con todo. Me alejé del mundanal ruido y me metí a espiritualizarme. Y es el trabajo más serio que he hecho como actor”, afirma tajante sobre la cinta que protagonizan los argentinos Rodrigo De la Serna (Papa joven) y Mercedes Morán, y el español Alex Brendemuhl.
Tanto le ha marcado, que ahora ve las cosas de otra manera: “Un director me propuso hacer una película sobre un personaje espantoso, que maltrata a niños y no pude aceptar. Estaba tan metido en el Papa que le dije “perdóname querido, pero no puedo ni imaginarme hacer algo así”. Me ha tomado de tal manera el personaje de Bergoglio, que no tengo ganas de asumir roles de violencia, de ningún tipo”.
La importancia del filme
Los últimos años han visto a Sergio Hernández en la cúspide de su trabajo como actor en el cine chileno. Sus celebrados roles en La vereda de enfrente (el filme póstumo de Raúl Ruiz) y su aplaudido personaje de Gloria, de Sebastián Lelio, lo han catapultado a una vitrina internacional del que su elección para el papel protagónico de El Papa de la gente, es una consecuencia directa. Así lo resume:
“La película es una cúspide, llevo más de 50 largometrajes y he trabajado con casi todos los cineastas chilenos: Miguel Littin, Gustavo Graef-Marino, Ricardo Larraín. Había trabajado con Raúl Ruiz en París en Diálogo de exiliados y luego en La vereda de enfrente, antes que se muriera, lo que fue un gran privilegio”.
– Pese a filmar en el exilio, esta es en rigor tu primera producción internacional.
– Sí, hice cosas chicas en París, con Costa-Gavras. Pero que me llamaran desde fuera para hacer un rol de un individuo que está vivo y que es de esta magnitud, y con esta filosofia y espiritualidad, ha sido algo distinto. Además, su historia tiene que ver con nuestra historia.
– ¿Cuál es tu próximo proyecto cinematográfico?
– Hace poco terminé el filme Nunca vas a estar solo, basada en el caso Zamudio y la relación con su padre. Yo soy el padre de Zamudio, un hombre simple, gris, que trata de conseguir dinero para salvarlo. Es una película dura y fuerte, pero muy necesaria. Y creo que el director, Alex Anwandter (también cantante), hizo un gran trabajo. También filmé con Silvio Caozzi Y de pronto el amanecer, que se rodó en Chiloé y estará lista en algún momento de este año, espero.
– ¿Pudiste saber algo de la entidad de gestión de los actores mientras filmaste en Italia?
– La verdad es que en Italia tuve muy poco contacto con los actores. Trabajé más que nada con argentinos: Mercedes Morán, Rodrigo de la Serna. Ellos están muy desarrollados en esa área pero están divididos en dos entidades. Yo soy uno de los fundadores de Chileactores, con el Lucho Alarcón, la Maricarmen Arrigorriaga, la Esperanza. Pero me llega todo, estoy informado y me alegro más que la cresta de todo lo que han logrado. Pero creo que el entorno no ha cambiado mucho, sigue siendo muy individualista. Por su profesión, los actores son muy individualistas, les cuesta mucho la cosa comunitaria, a nosotros en un comienzo nos costó mucho atraer gente. Pero cuando se dieron cuenta que iban a ganar plata con Chileactores, ahí llegaron. Pero otro tipo de valores no los motivaba.
– Pero se ha logrado llegar a nuevos usuarios.
– Nosotros hemos avanzado bastante con la TV, pero nos está faltando el cine. Conversando con Raúl Ruiz, me decía que son muy pocos los países que pagan, me contó que los únicos países que le han dado algo de plata eran dos o tres.
Recién en los últimos años los exhibidores se están abriendo a exhibir cine chileno. Yo creo que acá hay que buscar espacios alternativos. Chileactores puede liderar o promover un espacio de exhibición para cine chileno y no depender de las multisalas.
– ¿Siendo un actor de tanta experiencia, que opinión tienes del rol social que hace la Fundación Gestionarte?
– Es muy interesante que Chileactores se haya metido en la protección del actor adulto, para hacer que tu vida no sea tan precaria. Aplaudo lo que se ha logrado, que ha sido muchísimo. Pero es muy importante saber qué tipo de organización tenemos para solidarizar, darse cuenta que somos una entidad solidaria porque eso hará que los actores sean más solidarios también.
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